Son los riesgos del que escribe
Cuando uno escribe o emite una opinión siempre corre el riesgo de que lo admiren feliciten o quieran por algo que no dijo o no quiso decir. Y también ocurre lo contrario que lo insulten critiquen u odien por algo que tampoco dijo o quiso decir. Son los laberintos del lenguaje del que hablaba Borges y que siempre ha fascinado a los filósofos. Me parece ocioso estar explicando cosas que yo no dije no hay tiempo para eso. Tampoco voy a entrar en un dialogo emocional cuando me responden con una emoción a una idea u opinión. Yo tengo el método de nunca contestar un email emocional inmediatamente. No siempre lo he logrado pero me esmero. El internet te da esa oportunidad que no te brinda el lenguaje hablado. Espero que baje la marea. Pero en general procuro no contestarlo nunca. Es una pérdida del tiempo.
Tampoco estoy interesado en convencer a nadie de nada. Pero nadie me puede quitar el derecho a expresarme. Si alguien se siente ofendido por lo que diga de antemano le pido perdón pero eso es algo que yo no puedo controlar. Al menos no es mi intención ofender a nadie. Y eso debería ser importante en un mundo en donde a la mayoría solo le importa las buenas intenciones
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