"PUCP": mentira y cinismo
Por Rafael Romero
La cúpula caviar que controla el rectorado de una universidad ubicada en el fundo Pando ha demostrado que es mala perdedora. El Arzobispado de Lima le ganó por goleada en todas las instancias judiciales y hasta en el Tribunal Constitucional. Sobre el particular cabe señalar que un análisis desapasionado y estrictamente intelectual del caso solo nos llevaría a comprender –rotundamente– que la Iglesia Católica ha triunfado en buena lid y con argumentos jurídicos intachables.
Lamentablemente este esfuerzo analítico –que debería ser un ejercicio de metodología universitaria e investigación científica por parte de un sector de profesores y estudiantes de esa casa superior de estudios– al parecer no cuenta, ya que quienes desean defender a Marcial Rubio Correa, Salomón Lerner Febres, Jorge Avendaño y a toda la cohorte que le es afín, ni siquiera se han documentado y sólo actúan llevados de la nariz por las autoridades administrativas caviares de turno. Esto es deplorable y dice hoy mucho del pobre nivel universitario del país.
Lo primero que tiene que hacer un docente o estudiante es actuar sobre la base de la verdad y la razón. Pero han caído víctimas de los peores vicios intelectuales: el apasionamiento y la falta de objetividad. Sin temor a equivocarme, al margen de los intereses comerciales del rectorado caviar de la universidad del fundo Pando, las otras instancias de gobierno universitario han actuado movidas por sofismas y prejuicios basados en su odio contra el cardenal Juan Luis Cipriani. Asunto que es un grave error porque a uno le puede caer bien o mal una persona, sin embargo por ello no debemos cegarnos hasta negar las razones legales que le asiste al Arzobispado y al Vaticano para conservar –con todo derecho– el espíritu pontificio y católico de una universidad, así como las razones poderosas de su presencia en la junta de vigilancia del legado de Riva Agüero.
Sugiero a los estudiantes y a los profesores de la "PUCP" que no miren a los voceros del poder caviar que la dirige como si fueran vacas sagradas. Un miembro de una comunidad universitaria tiene que ser crítico y rebelarse contra las mentiras y el cinismo de los Rubio, los Avendaño y los Lerner. Tómense el esfuerzo de leer y estudiar un poco el expediente de este caso y no actúen con argumentos ad hóminem, atacando a quien es su Gran Canciller, Juan Luis Cipriani, y sobre quien han tejido tantas leyendas cuando solo busca defender la memoria del extinto Papa Juan Pablo II y el legítimo derecho del Vaticano a hacer valer la calidad pontificia y católica de determinadas universidades del mundo, porque así lo prefirieron frente a una sociedad deshumanizada, hedonista y mercantilista.
Publicado en el diario Expreso
Lima, domingo 25 de setiembre de 2011
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